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domingo, 19 de marzo de 2017

Modernizar el espectáculo.

Es una cuestión innegable 
 En el fútbol hay palcos confortables llenos de recursos para el aficionado. No sería complicado facilitar información en las corridas mediante pantallas gigantes, sobre cómo se llama el toro, de qué ganadería es, quién le da capa, quién parea. 
En la plaza ya no te dan ni el programa de mano, cosa necesaria ya que no todo el mundo es aficionado. Antes de la corrida podrían dar imágenes del apartado. 
Al final de la corrida puede ofrecerse entradas en promoción a precios atractivos para la corrida del día siguiente.
 Es cuestión de ponerse a pensar y tener voluntad de mejora. Este espectáculo no evoluciona como los tiempos exigen. 
 El espectáculo tiene que reinventarse y renovarse de manera decidida.

Produce envidia el fútbol, que genera en derechos televisivos de 1.000 millones, que va a pagar telefónica y va a repartirse de manera que pueda aumentar su presencia en la sociedad.
Sin embargo la única cadena de toros es de pago y no todos los aficionados tienen acceso a la misma.
Falta una federación, una estructura organizativa como tiene el fútbol que represente a la actividad y trabaje por su promoción y se erija en referente para abordar las cuestiones que afectan al toreo. Hay que generar un fondo para financiar las novilladas y las escuelas taurinas.
Hay muchos alcaldes que dicen sí a los toros “mientras no cueste dinero”, sin embargo para otras manifestaciones culturales como ópera sí hay dinero, para cinco o seis mil personas hay ayudas para que les salga barato el abono. La Tauromaquia no recibe un trato equitativo y es preciso disponer de organización y representación para hacer valer sus derechos.
Javier Marías escribió en El País que no entiende como en Cataluña un argentino puede acabar con una fiesta con tanta tradición. Tampoco que un animalista agreda a un aficionado tirandole una piedra a la cabeza. Es una voz autorizada y reconocida. Hay que buscar estas fuentes y estos testimonios de personas independientes y difundirlos.
Hay que ser activistas, hay que ser militantes. Ya no vale con ser aficionado, hay que apoyarse en gente como Marías, personas progresistas que escriben en medios progresistas. Hay que ser más proactivos, no podemos asumir lo que está pasando.la fiesta necesita un Podemos taurino, un movimiento regenerador, inspirado de abajo hacia arriba que oxigene el entramado y lo haga más saludable.
En el fondo es necesaria una reinvención, el modelo tradicional no sirve y hay que cambiarlo por uno nuevo.Es necesario un cambio de modelo. Hay clubs de futbol que son Sociedades Anónimas, e incluso en Inglaterra algunos cotizan en bolsa. Así es como se hace grande una actividad. Hace falta gente que venga de la empresa, expertos en marketing, profesionales de la formación, personas que, conociendo o no los toros, aporten un nuevo discurso.Otra de las cuestiones candentes es el relevo generacionalSí, y tenemos ejemplos sugerentes en el plan francés, financiado por las taquillas, los toreros y los ganaderos con aportaciones porcentuales estipuladas de forma consensuada.
Sus objetivos son defenderse de los ataques anti y difundir la fiesta, entre otros con lo niños, para eso están realizando un museo ambulante, con toros disecados a tamaño natural. Es preciso acerca a los más jóvenes, pero en España la gente no va a ver el campo, sólo los jóvenes franceses visitan las dehesas con asiduidad.
Esto hay que hacerlo sutilmente para que cada uno se forme su propia opinión. Por nuestra parte facilitamos visitas a club a todo aquel que quiera conocerlo y comprender un poco mejor el toreo
No hay un criterio claro sobre la convergencia del turismo con la Tauromaquia.
Cada vez es más difícil encontrar un hotel donde vendan entradas para las corridas. Los grandes operadores “on line” como Booking no venden entradas para los toros. Los portales como El Corte Inglés tampoco. Venden tickets para todo tipo de espectáculos salvo para los toros. Es decimonónico. No existe la entrada digital que se descarga en el teléfono, como para ir al cine. En Baleares y Canarias no se dan toros pese a la gran afluencia de extranjeros. Sin embargo la Plaza de Las Ventas es visitada por miles de turistas en cualquier época del año, pero no se les ofrece entradas para ir a los toros. Es algo difícil de entender y representa otro terreno en el que la fiesta puede generar valor..
Por Fernández Casado

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