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viernes, 8 de abril de 2016

López Simón se planta en La Maestranza

Mano a mano Castella y López Simón en Sevilla. ¿ A cuento de qué?. No había ninguna rivalidad ni otra cosa que pudiera justificarlo. Al final, lo que es esto del toreo, el mano a mano terminó en un monólogo de López Simón que se tomó en serio su desafío sevillano. Para un torero nacido y lanzado en Madrid es jugar de visitante en la Maestranza.
López Simón, en un lance al cuarto toro de la corrida de ayer.Y al final de la corrida López Simón salía con los tres puntos de Sevilla. Y lo hizo por la vía de su tauromaquia, sin traicionarla, o sea por el camino recto, de torear muy cruzado, de no concederse ninguna ventaja. En su primero se había enredado con un toro moribundo entre vulgaridades. Aquello olía fatal. Pero en el cuarto, el toro encastado de la corrida, había ido a menos sobre la derecha hasta que rectificó y sobre la izquierda le puso los ojos como platos a los sevillanos. Naturales de sello tomasista, inmensos. Luego estocada de ley y oreja de ley
Por el sexto, grandote, mansurrón y blando, nadie daba un céntimo. López Simón se empeñó en torear, si ¡en torear!, sin guarrerías, ni los horribles arrimones, como dicen ahora. En el terreno de meter el toro en la muleta lo consiguió poco a poco y cuajó una faena trabajada y de toreo macizo en redondos, y hasta lo exprimió en naturales que no se pueden explicar en su difícil concepción. Se fue detrás del acero con rectitud para cortar su segunda oreja de la tarde y dar un serio aviso en Sevilla
Sebastián Castella pegó docenas de pases a tres toras, si toras, tan insufribles como la versión de este torero cuando no tiene delante el toro encastado. En su primer toro logró un punto de interés al torear en derechazos y naturales muy relajados y bien rematados. La poca fuerza y ninguna casta del toro fueron enterrando lo bueno para convertirlo en un sinfín de muletazos sin sentido.
Sevilla, jueves 7 de abril de 2016. Toros de El Pilar. Desigualmente presentados. . Bondadosos, nobles pero faltos de empuje en líneas generales. Sebastián Castella, silencio tras aviso, silencio y silencio; López Simón, silencio, oreja y oreja tras aviso. Entrada: Casi tres cuartos de plaza. Saludaron tras banderillear al segundo Domingo Siro y Jesús Arruga. El propio Domingo Siro anduvo especialmente bien con el capote ante el cuarto, frente al que saludaron tras banderillear Miguel Ángel Sánchez y Jesús Arruga

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