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miércoles, 14 de octubre de 2015

El chip de la sangre

Lo ha vuelto a hacer. Otra vez. Sin pensarlo. Sólo porque así se lo dictó el corazón.
 Su hermano estaba en peligro y él saltó al ruedo JUGÁNDOSE LA VIDA para socorrer a quien es la mitad de su vida. Es ese chip de la sangre que se tiene o no se tiene. Pero no sólo de la sangre.
 De la sangre y de mucho más. Es el chip que ya venía instalado de serie en un corazón de gigante. Heredado, que en esa casa no se sabe ser de otra manera... 
La imagen -ahí la tienen. Veánla y pónganse en ella- lo dice todo. Es la vida por la vida. Sin pensarlo ni falta que hiciera pensarlo. Su hermano corría peligro y él -otra vez- estaba donde tenía que estar para salirle al quite a la mitad de su vida. Es lo que tiene ser Santi Romero, que no se sabe ser de otra manera más que con el corazón por delante. IMPRESIONANTE lo suyo, señor. 
Y que sepas, amigo, que esto lo estoy escribiendo de pie. No cabe menos ante el gesto de un gigante como tú...

Por Manuel Jesús Montes

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