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domingo, 28 de junio de 2015

Coliseum de Burgos

“Queremos que Burgos sea la referencia en el Norte, que vuelva ser esa plaza con crédito que de credibilidad a los toreros”, afirma el empresario Carlos Zúñiga.
Desde el vetusto y aquejado coso de El Plantío que estrenó Jaime Ostos en 1967, hasta el moderno  la ciudad de Burgos abre una nueva plaza de toros con cubierta fija y un aforo aproximado de 9.500 localidades.
Burgos: del viejo Plantío… a un Coliseum lleno, cómodo y remozadoLa principal novedad de la ciudad de Burgos a escala taurina es la inauguración de las obras de remodelación integral del coso de El Plantío, unos trabajos que se vienen desarrollando desde el mes de noviembre y que suponen toda una reconversión con vistas al futuro de la plaza de toros inaugurada en junio de 1967. 
Con un presupuesto total de 5.573.712 euros, costeado en su totalidad por el Consistorio burgalés, el coso pasará a ser desde esta misma tarde un moderno coliseo taurino, multiusos y cubierto, con capacidad para albergar cerca de 9.500 espectadores, lo que supone una pérdida de algo más de dos mil localidades con relación al anterior edificio. 

La fachada exterior se ha recubierto de paneles de tonalidades grises y verdes, obra de la empresa burgalesa Riventi. Por dentro, se han colocado butacas en todas las localidades, se ha habilitado una Puerta Grande, inexistente hasta ahora, y una cúpula reflectante pero inmóvil. “El aforo se ha reducido y eso unido a que los precios de las localidades son bajos nos hace trabajar con un presupuesto que nos obliga a llenar casi todos los días”, expone Carlos Zúñiga.
 “Nuestro objetivo final es la rentabilidad pero como primer paso tenemos la mente en recuperar la confianza de los burgaleses en su plaza y que cada tarde vivamos un acontecimiento”, reconoce. Tiene por delante dos años de contrato y posibilidad de prórroga. “Nuestra meta es estar mucho tiempo, sostenidos por nuestro trabajo y la satisfacción del público”, afirma.

La memoria del aficionado

En el extremo opuesto, la memoria del aficionado, acostumbrada a captar, procesar y archivar en décimas de segundo obras el arte efímero de la tauromaquia, no acusa esa amnesia cuando recapitula algunos de los episodios más significativos de la historia de El Plantío en sus 48 años de vida.
En el albergo burgalés, cerca de la ribera del Arlanzón, tomaron la alternativa entre otros Ángel Teruel (1967), la primera en esta plaza pocos días después de su inauguración y que cortó el primer rabo en este coso; José Cubero «Yiyo» (1981); Miguel Sánchez Cubero (1986), Francisco Miguel Barragán "Umbreteño" (1994), José Antonio «Morante de la Puebla» (1997), Víctor de la Serna (2000), Antonio Barea (2001), Juan de la Reina (2006) y Roberto Martín «Jarocho» (2003), informa Efe.
Recién estrenado el siglo XXI, la afición burgalesa asistió en 2001 a la despedida definitiva, forzado por problemas de salud, de Antonio Chenel «Antoñete», quien tuvo que ser evacuado hasta un hospital de la capital burgalesa aquejado de una insuficiencia respiratoria.
Desde Jaime Ostos, que cortó la primera oreja, hasta Enrique Ponce, que hoy partirá plaza como cabeza de cartel y director de lidia, median 48 años, casi cinco décadas y otras tantas generaciones que han visitado Burgos a finales de junio por su Feria de San Pedro y San Pablo,habitual puente o transición entre los exigentes ciclos primaverales (Madrid, Sevilla y Valencia) y la larga travesía del verano.

Nombres destacados

Antonio Ordóñez, El Viti, Paco Camino, Diego Puerta, Manuel Benítez «El Cordobés», Antoñete, Curro Romero, José María Manzanares, El Niño de la Capea, Julio Robles, Roberto Domínguez, Ortega Cano, Joselito, Espartaco, Enrique Ponce, El Juli, Morante de la Puebla yJosé Tomás son algunos de los nombres más relevantes de cada generación que han pisado Burgos. Precisamente, desde la actuación de este último no se recuerda un lleno como el que hoy registrirá este coso.
El Plantío fue inaugurado el 28 de junio de 1967 con la terna compuesta por Jaime Ostos, Manuel Benítez «El Cordobés» y José Manuel Inchausti «Tinín», que se repartieron siete orejas.
Se lidiaron cinco reses de la ganadería de Pío Tabernero de Vilvis, el primero de ellos devuelto a los corrales, y uno con el hierro de Los Campillones.
El festejo inaugural del Coliseum está formado por Enrique Ponce, El Juli y Alejandro Talavante, en la lidia de reses de Antonio Bañuelos, que pasa por ser la ganadería de bravo que pasta en la latitud más alta, en Hontomín (Burgos).
La solución arquitectónica de la cubierta permite una utilización del recinto taurino en cualquier época del año para usos de diversa índole, y es habitual desde hace más de veinte años en plazas españolas que han adoptado este sistema como La Coruña, San Sebastián, León, Logroño, Zaragoza y Madrid (Palacio Vistalegre), a partir de edificios ya existentes o de nuevo cuño.

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