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jueves, 19 de marzo de 2015

La Zalduendada

La ganadería de Zalduendo debería estar prohibida por ley. 
Su presencia en las plazas supone un atentado contra la seriedad del espectáculo y una estafa al que paga, que lo hace para ver una corrida de toros y no seis animalejos impresentables, sin un gramo de bravura y para colmo rayando en la invalidez.
 Y así, una vez más, se cumplió ayer en Valencia este continuo e insoportable bochorno de lo que no es ni el toro bravo ni la fiesta auténtica.
En el simulacro al que asistimos, en una tarde gélida, Morante de la Puebla liquidó pronto al imposible segundo de la tarde y luego echó mano de su calidad excepcional en unos derechazos sueltos al quinto, que a regañadientes embistió en la muleta del torero de la Puebla. A pesar de que enfrente no había otra cosa que un semoviente sin importancia, Morante compuso algo que sonaba a música celestial pero en un entorno impropio.

Alejandro Talavante. con lo más parecido que salió ayer al toro de lidia, el tercero, con el viento en contra, compuso una faena de momentos brillantes especialmente en los redondos. Había tersura en los muletazos y jerarquía en la compostura. Muy por encima del toro, empeñado en sacar algo del pitón izquierdo, no dio su brazo a torcer hasta conseguirlo. Se empeñó en una arrucina y todo lo hizo con torería, sin arrugarse ante las inclemencias del tiempo. Mató de un horrendo bajonazo pero a la gente no le importó y cortó la orejita. El sexto, fue un muestrario de defectos y Talavante se aburrió de intentarlo todo.
Rivera Ordóñez ha vuelto al toreo. No parece que sea cuestión de dinero y me creo que lo hace por afición. Nunca le he negado esa virtud, heredada de su inigualable estirpe torera de Dominguínes y Ordoñez. Lo cierto es que le hemos visto facil, sin ninguna brillantez y ante un lote de indecorosa presencia hizo un toreo lineal, sin más historia que la de su propia presencia otra vez en los ruedos.

Valencia. Miércoles 18 de marzo de 2015. Toros de Zalduendo, el 1º como sobrero, desiguales de presentación; nobles y manejables en líneas generales, aunque faltos de raza; deslucido sexto. Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri”: Silencio y silencio tras aviso; Morante de la Puebla: Pitos y ovación con saludos tras aviso; Alejandro Talavante: Oreja con fuerte petición de la segunda y silencio tras aviso. Entrada: Casi lleno. Destacaron entre las cuadrillas José Antonio Carretero y Juan José Trujillo, quien se desmonteró en el sexto.

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