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viernes, 13 de febrero de 2015

Evitemos que se rompa el cántaro

Los antitaurinos no ceden en su empeño de arremeter contra la Fiesta Nacional y contra las gentes, aficionados y público en general, que aprecian y valoran la cultura de la Tauromaquia. La temporada pasada se vivieron episodios muy desagradables por culpa de estas mesnadas del anti todo.
 Anti todo, porque unos proceden de los grupos antisistema, otros de la izquierda radical o de los grupos animalistas y algunos más, sin definir, que sin pertenecer a ninguno de estos, se apuntan a un bombardeo con tal de ir contra un espectáculo que forma parte de nuestra cultura, es seña de identidad y aunque no lo quieran forma parte de la Marca España.
 Y es eso precisamente lo que odian, la defensa del animal es la escusa, pero lo que de verdad odian y quisieran arrasar es con la identidad de la nación más antigua de Europa.
Conozco y gozo de buena amistad con aficionados que se confiesan de izquierdas y sufren ante esta barbaridad que esta ocurriendo con el tema de los antitaurinos. 
Alguno incluso me llegó a comentar lo difícil que le resultaba ser de izquierdas y aficionado a los toros y como él otros muchos, porque como hemos dicho infinidad de veces la fiesta taurina es del pueblo y pueblo somos todos.
La temporada está a punto de comenzar y si las autoridades no lo remedian vamos a tener que seguir soportando insultos y vejaciones como las que padecieron hace unos días en Hospitalet del Llobregat las personas que acudieron al Congreso de Tauromaquia de Cataluña.
Las principales ferias del calendario están a punto de comenzar, las de Castellón y Valencia están a la vuelta de la esquina y tenemos que evitar que estos sucesos se sigan repitiendo, para ello las autoridades gubernativas, responsables del orden público, tienen que evitar las concentraciones de manifestantes delante de las plazas en días y horas que coincidan con los festejos programados. 
Si los antitaurinos tienen derecho a manifestarse, los aficionados y espectadores que acuden a presenciar el espectáculo taurino también les asiste el derecho a entrar libremente al recinto donde tiene lugar dicho espectáculo, que por cierto está regulado, autorizado y tiene todos los permisos de las autoridades, sin tener que soportar las consignas antitaurinas a veces acompañadas de graves insultos no exentos de cierta violencia verbal que estos grupos lanzan a sabiendas de que están protegidos por las fuerzas de seguridad.
 Porque esa es otra, las fuerzas de seguridad acuden a la manifestación con órdenes concretas de proteger a los manifestantes, impidiendo, como en más de una ocasión lo han hecho, que cualquier persona pueda simplemente responder a sus insultos, si eso sucede te recriminan y te solicitan el carnet de identidad alegando que les estás provocando, cuando los provocadores son ellos. Por otro lado, las empresas que gestionan los cosos taurinos deberían de solicitar a las autoridades protección para poder realizar su gestión comercial con plena libertad, sin intimidaciones de ningún tipo para su negocio y para sus clientes.
El público taurino ha demostrado, por activa y por pasiva, que son gentes de paz que no quieren enfrentamientos de ningún tipo, pero tanto va el cántaro a la fuente que en cualquier momento se puede romper y entonces veremos quien paga el cántaro

.Por José Mª Jericó

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