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sábado, 15 de noviembre de 2014

Comunicado de la Unión de Toreros

En relación con las declaraciones realizadas en los últimos tiempos por la asociación empresarial ANOET, desde la UNIÓN DE TOREROS queremos hacer públicas las siguientes consideraciones:

No nos corresponde a nosotros los toreros juzgar la situación económica de empresas privadas que concursan libremente en pliegos cuyas condiciones son públicamente conocidas y aceptadas (cuando no participadas) por ellas. Por tanto, corresponde a los licitantes de una plaza acudir al concurso con la máxima responsabilidad, o dejarlo se hacer si no se dan las condiciones económicas necesarias para la viabilidad de sus empresas.

Estamos de acuerdo en que los cánones de muchos de esos pliegos son desproporcionados y no se ajustan a la situación real de la economía. Los toreros ya nos movilizamos en el pasado a este respecto con algunas administraciones. Y en múltiples ocasiones, tanto en foros privados como públicos , nos hemos brindado a colaborar con los empresarios para exigir a las administraciones públicas, y propietarios privados de plazas, que adapten ese y otros parámetros que constriñen la economía y la creatividad del espectáculo, siendo este extremo rechazado tajantemente por ANOET, por considerar que sólo ellos, los empresarios, son los únicos legitimados para tratar con las Administraciones las condiciones de adjudicación de las plazas de toros.

No queremos entrar en polémicas poco oportunas en este momento sobre la economía de los distintos sectores de la tauromaquia y su sostenibilidad. No obstante, sí queremos subrayar algo que los propios empresarios reconocen: 
Que la situación actual afecta a todos los toreros y de manera muy especial a quienes ocupan la parte media y baja del escalafón, cuya situación está, como los propios empresarios afirman, peor que nunca;  y que en plena Feria de San Isidro a la mayoría de los toreros les liquidan tan solo los mínimos sindicales (y con los derechos de televisión supuestamente incluidos), cosa que nunca antes había sucedido. Eso sí que lo consideramos insostenible.

La sensibilidad sobre la situación de la tauromaquia no debería aflorar al hacer las cuentas propias, sino de forma continuada, teniendo en cuenta a los más débiles que ofrecen el tejido promotor en los pueblos con menos posibilidades y festejos de promoción.

Nuestra prioridad es naturalizar la relación con la sociedad, trabajar y hacernos respetar ante posiciones políticas contrarias y ambiguas, y tratar que el espectáculo sea aún más atractivo y de la mayor calidad posible, para no tener que rentabilizar al máximo al cliente que tenemos sino para acercarlo a mucha más gente, que es el motor económico real del espectáculo.

En este sentido no cabe duda de la responsabilidad e implicación de los toreros, y en especial de las figuras, que han abordado iniciativas promocionales de sus propias actuaciones (lo que debería corresponder a la empresa), y no han dudado en sacar el toreo a la calle sin ningún complejo o, sin ir más lejos, han asumido una importante participación en la última movilización a propósito de la situación de Bogotá (tanto las figuras desplazándose a Colombia como, aquí en Madrid, con más de 40 matadores que asistieron a la concentración del pasado miércoles, sin duda la mayor representación del sector).

La implicación del colectivo de toreros con la promoción y defensa de la tauromaquia y con el saneamiento económico del sector es incuestionable, y así lo hemos demostrado con nuestra colaboración con el Ministerio de Cultura y nuestro decidido apoyo a las medidas proyectadas por el PENTAURO, algo de lo que, quizá, la asociación empresarial no pueda presumir, dada la actitud obstaculizadora que ha venido mostrando de un tiempo a esta parte.


HEMOS ESTADO, ESTAMOS Y ESTAREMOS SIEMPRE TOTALMENTE DISPUESTOS A DIALOGAR CON LAS EMPRESAS y con cualquier otro interlocutor para beneficiar a la tauromaquia, y con tal propósito acudiremos a cualquier foro desde el que se nos reclame. 
A través de nuestro órgano de representación  jamás hemos rechazado reunirnos con nadie Nuestra disposición es, pues, absoluta, pero no para la mejora de la economía de  particulares si no para el bien general del toreo, el espectáculo más puro y auténtico del mundo en el siglo XXI.

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