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miércoles, 12 de marzo de 2014

Novillada excepcional de El Parralejo

Una tarde de perros en Valencia en la que el frío y la lluvia nos atenazaron. No era la tarde ideal, ni mucho menos, para los toros, pero la excepcional novillada de El Parralejo y un muchacho llamado José Garrido se encargaron de enderezar lo que el mal tiempo había torcido. 
Y es que vaya corrida de novillos enviaron a Valencia desde los campos de Huelva. 
Todos los ejemplares se movieron, todos metieron la cara y uno, el quinto, de nombre Manijero fue un dechado de casta y bravura, premiado justamente con la vuelta al ruedo.
Con tan excepcional género los tres jóvenes novilleros tenían material de sobra para salir por la puerta grande, pero tan solo José Garrido consiguió irse en hombros hasta la calle Játiva. 
Y es que el chico extremeño ha confirmado aquí, en una feria grande, que viene por todo. En su primero, aparte de unas chicuelinas primorosas, utilizó ambas manos en la muleta para ejecutar un toreo serio, reposado y muy rematado. El final por naturales fue el broche de oro. Pero en el sexto Garrido fue desgranando un toreo de temple y mando que creció y remató de una soberbia estocada. Las dos orejas y la puerta grande.
Se despedía de su tierra como novillero Román, el muchacho que entusiasmó enb las Fallas de 2012. Pero ha dejado ayer muchas dudas. En el primer novillo metió pico de lo lindo y se colocó como para torear con el mando a distancia. Hizo un toreo de tiralíneas. Mejoró en el cuarto y en algunos muletazos con la mano izquierda, alguno primoroso, consiguió enmendar una tarde de sombras y alguna luz.
 Francisco José Espada le cortó la oreja al quinto al que templó sin mácula y en el que tuvo el acierto de ligar, especialmente en el ese final de infinita trabazón.


Valencia. Miércoles 12 de marzo. Novillos de El Parralejo, muy bien presentados, rematados y redondos. De buen juego en general todos salvo el 2º, desclasado; el quinto, "Manijero", nº 45, castaño bragado, de 410 kilos, bravo y de gran clase, fue premiado con la vuelta al ruedo. Román: Silencio tras aviso y ovación con saludos; Francisco José Espada: Silencio tras aviso y oreja tras aviso; José Garrido: Oreja tras aviso y dos orejas. Entrada: Un cuarto. Tarde lluviosa. Se guardó un minuto de silencio en memoria del veterinario fallecido Enrique Ezpeleta.

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