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miércoles, 10 de julio de 2013

A Pamplona hay que ir con una cámara, con una cámara...

La lista de viajeros atraídos por el hechizo de España puede ser infinita. ¿Cuántos de estos aventureros recorrieron las cercanías de nuestras ciudades y se entretuvieron con la particularidad del carácter o el impetuoso temperamento tan propio? ¿Cuántos se acercaron a nuestra fiesta de toros con prejuicios remilgados, con afán interesado, con pretensiones de relatos fabulosos?  Burton Holmes (1878-1958) será para siempre en la historia el fabricador del fotorreportaje sobre los muchos viajes alrededor del mundo que realizó y que definió entonces como travelogue huyendo del término conferencia ilustradaque se imponía, “pues quería una palabra que denotase entretenimiento en vez de algo educativo o documental”, dijo el igualmente empedernido viajero Lowell Thomas (forjador de la fábula de Lawrence de Arabia) en la lectura de un panegírico el día que Holmes murió, el 22 de junio de 1958
.En estos días de explosión de la fiesta del toro en la calle se puede mirar atrás, a los sanfermines de muchas décadas. Hoy se recuerda a Burton Holmes, al primer hombre que fotografió el mundo y lo enseño a la sociedad norteamericana para después dejarlo en herencia de quienes lo quieran contemplar y recordar. De su paso por el ímpetu de los encierros dijo: “en pocos días es capaz de hacerse una idea de los españoles mucho más concreta que la que podría obtener tras meses de estudio formal.” Y también se recuerda aAndré de la Varre, ayudante de Holmes en las primeras décadas del pasado siglo y más tarde en solitario, que pasó por Pamplona en sucesivas ocasiones y al que se le atribuye las primeras grabaciones en color de los encierros hace sesenta años.
 “Viajar es poseer el mundo”, afirmaba Holmes, después de dar la vuelta al mundo en varias ocasiones, visitar todos los continentes, casi todos los países del planeta y realizar más de 30.000 fotografías y 150.000 metros de película. Satisfecho con su vida añadía: “Una de las grandes ventajas de poseer el mundo viajando consiste en que pueden disfrutarse todas las satisfacciones de la posesión sin las responsabilidades que implica la propiedad….Poseo un tesoro secreto al que puedo recurrir siempre que lo desee: en el día más sombrío puedo extraer los resplandecientes diamantes de la alegría de mis recuerdos”.
Crónica de un viajero torosw4Fotografíaa realizada por Burton Holmes en 1928 y publicada en el libro Burton Holmes. Crónicas de un viajero. El pionero del fotorreportaje. Taschen. Editado por Genoa Caldwell. Juanto a las imágenes aparece la siguiente reseña escrita por el mismo Holmes y en el que hace referencia a Hemingway:
"¿Muerte en la tarde? mantiene al lector con el alma en vilo independientemente de lo mucho o poco que le guste Hemingway. No siento mucho aprecio por las corridas de toros: son un espectáculo espantoso, salvaje, cruel y bárbaro; no obstante, tras asistir a tres corridas consecutivas, les desafío a no querer volver a la plaza. Las corridas de toros son como las aceitunas: la primera no nos gusta, pero pese a todos los sentimientos de decencia que puedan embargarnos, a la cuarta estamos encantados. Incluso las situaciones de horror tienen un componente de emoción, y lo emocionante es siempre agradable, por mucho que podamos avergonzarnos de ello"Crónica de un viajero torosw sevilla
.Plaza de toros de Sevilla. 1928.Fotografíaa realizada por Burton Holmes en 1928 y publicada en el libro Burton Holmes. Crónicas de un viajero. El pionero del fotorreportaje. Taschen. Editado por Genoa Caldwell.Con la imagen se acompaña el siguiente texto: 
"Fue en Sevilla donde presencié mi primera corrida de toros. “Nunca más”, me dije entonces. Estaba previsto, sin embargo, que el pequeño rey de España asistiese a la corrida al día siguiente, de modo que compré una carísima entrada cercana al palco real y me presenté en la plaza exclusivamente para ver al monarca. Luego permanecí allí para contemplar el sangriento espectáculo del ruedo y aprendí a desentenderme de los aspectos más crueles y mórbidos de la fiesta nacional para deleitarme momentáneamente con la extraordinaria valentía y habilidad de los toreros, los banderilleros y matadores. Al tercer día me levanté muy temprano para conseguir una localidad en primera fila”.

Por:  -EL PAIS.

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