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jueves, 23 de mayo de 2013

Tal día como hoy... 23 de Mayo 1968



Premio a la casta y bravura en la Monumental de Barcelona...

"Potrico", toro de la ganadería de Pablo Romero, es indultado en la plaza de toros de Barcelona por su nobleza y bravo comportamiento en los tres tercios durante la lidia
Aquella tarde en la que se anunciaban en la Monumental de Barcelona, Limeño, Dámaso González y Andrés Hernando,la corrida iba a más y la pasión se desbordó con el sexto y último toro, de nombre Potrico, número 59, cárdeno, bragado gargantillo y coletero.
513 kilos pesó en la romana el astado, hijo del semental Comilón y la vaca Potrica, del mítico hierro de Pablo Romero.

Después de un gran tercio de banderillas donde se desmonteró "Morenito de Córdoba", Andrés Hernando brindó al público y realizó una gran faena, recreándose en el toreo al natural.
El toro repetía mucho y bien, motivado por su bravura y gran nobleza. La faena no sobrepasó los veinte pases.
Todo el público enloquecido, empezó a pedir el indulto de Potrico.
El presidente, don Félix Rodríguez Gil, dudó unos segundos mientras estrujaba el pañuelo verde entre sus manos.
Andrés Hernando trató de igualar al toro. "!No, no! ¡No lo mates!" empezó a gritar el graderío agitando los pañuelos con frenesí pidiendo el indulto del atado, finalmente concedido desde el palco.
Andrés Hernando simuló con una banderilla la suerte de matar y fue premiado por su labor simbólicamente con las dos orejas.

Eran las siete y treinta y tres minutos de la tarde, los buyes entraban y salian al ruedo de la Monumental pero Potrico se resistía a entrar a los chiqueros.
Le franquean el paso por la puerta de cuadrillas. Inútil.
A las ocho de la noche pide permiso Dámaso Gómez para ausentarse. A las ocho y cuarto anuncian los altavoces, que "el distinguido público abandone la plaza" , No hay manera de retirar al toro.
Sobre las nueve de la noche, hermanado con los mansos, entró a los corroles.
Potrico permaneció allí hasta el 25 de junio, fecha en la que fue embarcado para su ganadería.
Al llegar bajó del camión dando saltos y mugiendo de contento reconociendo en seguida la dehesa que le vio nacer.
Aquel bello y puro ejemplar de Pablo Romero, murió en la primavera de 1977 después de siete años como semental, sembrando simiente de casta Cabrera y Jijona en la legendaria ganadería.

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