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Debutaba la ganadería de Miura en Las Fallas. Debutaba y seguramente se despedía porque con el perramen que deben costar los morlacos, y la poca gente que había en los tendidos, no habrá quedado ni “pa pipas” Otro fracaso más de taquilla para Simón Casas, y otro golpetazo más, que debe poner a calibrar a los empresarios sobre el futuro de este negocio. Si no siendo José Tomás, una plaza no la llena ni Dios, quizás lo que esté urgiendo es que las empresas empleen su dinero en buscar más “José Tomases”, o de lo contrario tendrán que cerrar los chiringuitos, y que los toros que los de, San José, San Isidro o la Macarena. Y si a esto le unimos el descaste del histórico hierro, los pocos que los han visto habrán dicho para sus adentros ¡Y estos son los Miuras de los que tanto hablan!!
Inservibles, arrogantemente inservibles los seis toros. Descastados, desclasados, sin una embestida limpia. Desarrollando con chochez pero sin furia. Hasta el primero salió fuera de tipo, ¡parecía un Núñez grande!
En esta feria hemos visto los polos opuestos de lo que no debe ser un toro bravo. Las jandilladas chochonas, y las miuradas timadoras, pues los toros no han obedecido a un patrón racial históricamente determinado. Curiosamente iban al caballo de picar, pero cuando sentían el hierro no se quedaban. Además, ¡¡sin fuerzas!! ¡Lo que faltaba para el duro! El segundo al corral, saliendo un sobrero de Valdefresno
Y con esto Rafaelillo no tuvo opciones en el primero, y con el cuarto hizo un verdadero esfuerzo. Fernando Robleño digno en el sobrero que hizo segundo y “pelearingo” con el quinto al que mató muy mal recibiendo dos avisos largos, casi para tres. Y Javier Castaño anduvo voluntarioso en su lote, al sexto le pudo ligar un par de tandas de dos muletazos.
¡Aquí paz y allí gloria!!
Por Agustín Hervás
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