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domingo, 31 de marzo de 2013

¡Aquí paz y allí gloria!

LA PICASSIANA de JIMENEZ FORTES
La Fundación Corinto tenía muchas esperanzas en esta corrida de toros. La Fundación Corinto, que da de comer a muchas familias que pasan hambre en Málaga, era el objeto principal de esta Corrida Picassiana, ¡que no se olvide! Lo demás eran justificaciones. Y todo gracias a  los seis toros para Jiménez Fortes que toreaba gratis.
 La celebración un año más de la Picassiana que ya va por su sexta edición, pese al peligro que corrió su montaje. Las pinturas en las paredes con motivos picassianos. La pintura rosa en la barrera del coso, haciendo alusión a la época rosa del genial pintor malagueño. Todo ello confluía en la obra magna de esta Fundación, que esperamos haya satisfecho su esperanza de recaudar dinero para dar de comer. Pero sin embargo cabe la duda de haberlo conseguido pues el público respondió en la mitad del aforo.
 Se sabe que Fortes toreaba gratis, pero no se sabe de los subalternos, del piso plaza, de los operarios, de la Seguridad Social, en fin de todo lo alrededor pero necesario para dar una corrida de toros. Estaremos, por tanto, atentos a los resultados que se ofrezcan dentro de unos días, cuando Cutiño, cierre las cuentas.
Cutiño empresario por un día en La Malagueta pese a que las malas lenguas van diciendo por las esquinas que le darán la plaza cuando saquen el nuevo pliego, que está al caer.
No ha caído nada bien entre la afición, que celebrando la época rosa de Picasso se hayan pintado las tablas de la barrera del centenario coso malagueño, en rosa. En verdad el gasto se lo podían haber ahorrado para la causa. El efecto visual, por darle un punto de distinción a la tarde ha resultado demasiado, demasiado… digamos relajado. Otros habrían dicho parguela, pero este adjetivo propiamente malagueño, ha caído en desuso y no se lleva en estos tiempos. 

 De manera que, ¡Eso, relajado! Esa relajación que entra con las propiedades amansadoras de este color rosa, según dicen los entendidos y que influyó negativamente en una tarde que se esperaba ardorosa. En realidad al pintar los motivos picassianos y las tablas, de rosa, y blanquear los burladeros, la tarde se tornó tibia. Tibio el torero, sorprendido por tamaña contrariedad pictórica, tibio el público asombrado de la desarmonía colorista, tibios, los toros relajados ante el color. El frio, el viento. Sobretodo el viento fue el medidor de la tarde realmente. Sin él hubiéramos visto más cosas y probablemente mejores.
 Pero los elementos son los elementos y contra ellos no pudo luchar Fortes, aunque lo intentó. Sin embargo lo intentó con más bragueta que mañana, y claro, cuando todo se supedita al poder de la entrepierna, se corre el riesgo de que una vasectomía termine con todo. Y toda la tarde en sí, fue una vasectomía.
Muchos toros rechazados en el reconocimiento. De los lidiados solo dos con hechuras de toro, aunque el de Jandilla basto. El de El Torero, mejor presentado. Ambos cinqueños. Manejable y aplaudido en el arrastre el de Borja, igual que el del Torero. De los de Cuvillo, el primero brusco sin romper, y el quinto encastado. El de Garcigrande con poca clase, y el de El Pilar, que hizo cuarto nobletón, sin casta.
Fortes falló demasiado a espadas, y los toros le tocaron demasiado los engaños. La tarde, era el viento, y el viento era la justificación de todo lo que salía mal. Y no faltando razón, a los toros que les cortó la oreja, quinto y sexto, se les podría haber sacado mejor partido. Demasiado vulgar con el quinto, de Cuvillo, que se movía. Y en el sexto de El Torero dio la impresión de que no estuvo a la altura del buen toro.
Seguramente el viento, pero también las distancias, la falta de técnica, a veces la sin razón, y sobre todo, porque no era el momento de encerrarse con seis toros.

 Demasiado bisoño, demasiado joven en alternativa, demasiado compromiso, demasiada responsabilidad, demasiado poco oficio, y a pesar de esto lo más importante de todo ha sido y es el corazón tan grande que tiene este torero por querer ayudar a su gente de Málaga. A los que en el siglo XXI pasan hambre.
 ¡Increíble, pero cierto! Solamente eso ya es de ser torero. Lo demás se aprende.
¡Aquí paz y allí gloria!

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
 Fotos: Santana de Yepes.

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