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jueves, 15 de marzo de 2012

5º de Fallas

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 Plaza de Valencia. Quinta corrida. Menos de media entrada. Toros de VALDEFRESNO, desiguales de presentación y faltos de casta, aunque manejables (1).
Rompe el paseíllo en el coso de la calle Xátiva. Con tarde soleada. Pobre entrada para ver a Thomás Dufau, Diego Silveti y Jiménez Fortes.
Los tres toreros van desmonterados porque es la presentación en la plaza de toros de Valencia de los tres espadas,con tres nacionalidades distintas, curioso detalle.

Al finalizar el paseíllo se ha homenajeado a Vicente Ruíz El Soro por su trigesimo aniversario de alternativa .
THOMAS DUFFAU:(Francés)de cardenal y otro. Estocada (silencio). Pinchazo hondo. Un aviso (silencio) (0).
DIEGO SILVETI:(Méxicano) de fucsia y oro. Pinchazo, estocada trasera y caída y descabello (saludos). Dos pinchazos y estocada. Un aviso (silencio) (1).
JIMÉNEZ FORTES:(Español) de lila y oro. Estocada delantera (vuelta). Pinchazo, estocada delantera y seis descabellos. Un aviso (palmas) (1).
Un 14 de marzo de 1982 tomó la alternativa en esta plaza de Valencia un muchacho nacido en Foyos, un pueblo de la huerta, y de nombre Vicente Ruiz, que en los carteles se anunciaba como El Soro. El maestro Paco Camino fue su padrinio. Treinta años exactos han pasado y todavía los valencianos sienten un afecto muy especial por quien fue su torero, uno de los más venerados por esta tierra a los largo de los años. Ayer se le rindió un homenaje antes comenzar la corrida y sólo Jiménez Fortes tuvo el detalle de brindarle la muerte de un toro.
Y fue precisamente este torero malagueño quien ayer estuvo más entonado en una tarde larguísima, de faenas plomizas y soporíferas, de docenas de pases sin dejar casi la más mínima huella en la memoria. Al menos Jiménez Fortes tuvo disposición para salirse de las rutina y al margen de unos cuantos naturales de buena factura en el tercero, supo recurrir a la variedad para superar la falta de casta de sus toros. Por ejemplo en el sexto, que se fue huido a tablas, se empeñó en robarle unos cuantos muletazos a favor de querencia.
El mexicano Silveti se llevó el mejor toro de la corrida, el segundo, y le cuajó un templadísima tanda de naturales, arrastrando el engaño, muy a la manera de los toreros de su tierra. Hubo emoción en las bernardinas cambiando el viaje del toro. En el quinto dió un recital de trapazos ante un ejemplar deslucido y manso.
El francés Duffau no se salió de la rutina de pegar pases como si fuera un funcionario del toreo. Nada que recordar

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